El viernes viajé hasta Ateca para reunirme con los lectores en torno a Tierra de nadie. Celebrábamos, además, la Semana Cultural de la localidad. Fue una tarde estupenda. Conversamos sobre el origen del libro, su contenido filosófico y la relación razón-sentimiento que se alea en el fluir de los versos del poemario. Pero no fueron las únicas cuestiones que surgieron. En el largo e intenso diálogo destacó un tema muy importante: ¿qué supone para un escritor publicar su primer libro? ¿La percepción de la literatura cambia? ¿Lo hace también la de su contexto vital?
Agradezco de todo corazón a Eva y a Lola, profesora del Aula de Educación para Adultos de Ateca y bibliotecaria, respectivamente, y al Ayuntamiento de Ateca su generosa acogida y la esmerada dedicación para que el encuentro literario saliera a pedir de boca, y a los lectores atecanos por apostar por la poesía y por mi libro. ¡Larga vida a la cultura y a las bibliotecas!





