SUBLIMACIÓN INVERSA

Quedan pocos filósofos como los de antes. En realidad, no queda casi ninguno de los de ahora, y eso sí es preocupante. Si Zygmunt Bauman (Polonia, 1925), el autor de la modernidad líquida, es capaz de publicar sin que se establezcan una serie de diálogos filosóficos “profundos” (que no significa discutir sus teorías, sino simplemente que exista un diálogo entre pensadores) es que estamos muy faltos de filósofos y también muy jodidos. O peor aún: no estamos faltos de pensadores sino que la mayoría carecen de una conexión entre ellos que les permita compartir ideas y unir fuerzas y criterios para actuar de cara a la realidad.

Me gusta el símbolo de “liquidez” para representar la sociedad moderna que emplea Bauman. Ha cogido algo tan estético y superfluo como el estado líquido para describir la situación ninguneante y caótica del mundo actual. Es el Heráclito del siglo XX. Y está bien que todo fluya y se mueva, siempre y cuando lo haga con la estabilidad que concierne la realidad de las cosas.

De esto y unas cuantas cosas más de las mías va mi última colaboración en Hypérbole Magazine.

Estado líquido, no les robo más el tiempo.

Champs Élysées Paris 1927, fotografía de André KertészChamps Élysées Paris 1927, fotografía de André Kertész, tomada del blog Green Eyes 55.

COMO UNA FLOR DESESPERADA

Poema en honor a la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou (1892-1979) inspirado en el poema homónimo Como una flor desesperada.

“Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.”
 
[Federico García Lorca]

La quiero, con el hueso
con la sangre
con el ojo que suspira,
con el aliento que mira
con este corazón
preso y caliente
anclado en la frente
que inclina el pensamiento,
y con el sueño obseso
de mi amor que copa
el sentimiento
desde la breve risa
                hasta el lamento
desde su beso hasta la herida bruja
en la que mi vida es de ti
tributaria
tumulto o solitaria
como una sola flor desesperada.
 
Depende, de ella
como del leño duro
la orquídea o la hiedra sobre el
muro
que sólo en ella, levantada,
respira.
 

(c) David Lorenzo Cardiel

Fotografía: “Woman on park bench”, Central Park of New York City, 1957, del fotógrafo norteamericano Yale Joel.

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LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ

Hay épocas de sequía y otras en las que abunda la vida. Acaba de salir publicado en la revista Hypérbole mi nueva colaboración, un pequeño cuento escrito hace mucho tiempo y que, después de darle muchas vueltas al asunto, he decidido corregirlo y publicarlo.

Agradezco a los chicos de Hypérbole la delicadeza con la que han ilustrado el texto y han tratado la edición.

Los Idus del viento. Pueden leerlo pinchando sobre el enlace.

Fotografía realizada por Anka Zhuravleva.
Fotografía realizada por Anka Zhuravleva.

VENTANAS Y ESCALERAS

Ni siquiera se fijó en que, de repente, una casa de cuatro pisos se elevaba ante él. Sus cuatro brillantes filas de ventanas lo miraron todas a un tiempo, y la verja de la entrada le propinó su empujón de hierro. Vio volar a la desconocida escalera arriba, la vio volverse, llevarse un dedo a los labios y hacerle seña de seguirla… ¡Cuánta dicha en un instante! ¡Qué vida tan maravillosa en sólo dos minutos! […] ¿No sería un sueño todo esto? ¿Era posible que aquella por cuya celestial mirada estaría dispuesto a dar toda su vida y respecto de la cual comunicaba una dicha acercarse tan sólo a su vivienda, fuera ahora tan atenta y benévola con él? Subió volando la escalera… La escalera ascendía, y con ella ascendían ya dentro de sí fuerza y decisión para todo. [Nikolái Gógol, “Perspectiva Nevski”]

Rusia Hoy publica este fragmento entre otros relatos de escritores rusos en un precioso reportaje sobre San Petersburgo, la ciudad del arte y el sentimiento. “San Petersburgo no creció como las otras ciudades. Ni el comercio ni la política pueden explicar su desarrollo: fue construida como una obra de arte”, sentenció con acierto Orlando Figes en su obra El baile de Natasha.

El fotógrafo Roman Mezenin rescata ahora instantáneas robadas a la intimidad de la ciudad de los zares. Busca más allá del monumento y el explendor palaciego para adentrarse en el San Petersburgo real, el que se disfraza ante los turistas, el que queda diluido en la rutina de sus habitantes. Como Edward Hopper con su Nueva York de los años sesenta o nuestro Pepe Cerdá con la Zaragoza de hoy, Mezenin presenta una ciudad de avenidas grandes y vacías repletas de ventanas y misteriosas escaleras que conducen hasta ellas. Espacios en blanco que son la esencia de una ciudad que es arte en movimiento.

Prometo hablar algún día de la importante relación simbólica de las ventanas y las escaleras con la existencia y la vida. Espero hacerlo pronto y en varias ocasiones. Por el momento, dejo una de sus escaleras. Una que conduce directamente hacia la luz. ¿Será la misma que nos describe con sobriedad Gógol? Es bonito imaginarse la respuesta.

Foto de Roman Mezenin

ALEMANES, POR PARTIDA DOBLE

Esta semana se inauguran dos exposiciones de gran relevancia, dos justos homenajes a una parte de nuestra historia zaragozana que ha sido olvidada por las circunstancias que la rodearon y que ha pasado desapercibida hasta ahora.

La primera de ellas es Art-Studio Gustavo Freudenthal. Zaragoza, 1906-1930,que será la primera exposición en honor al fotógrafo y cónsul alemán en Zaragoza Gustav Freudenthal y que se inagura mañana martes 8 de mayo a las 20 h. en el Paraninfo (Plaza Basilio Paraíso). Nacido en Hannover en 1869, trabajó en el Estudio Fotográfico Napoleón de Barcelona y en el gabinete madrileño de Christian Francen antes de conseguir el título de proveedor de la Casa Real y abrir un primer estudio en el Coso 31 en 1905. Sus fotografías fueron un retrato ineludible de la realidad zaragozana de las primeras décadas del siglo XX, trabajando el retrato profesional hasta el artístico, pasando por la labor periodística, siendo uno de los primeros fotorreporteros aragoneses. Uno de sus más célebres retratos es el que realizó a Albert Einstein en 1929 cuando impartió dos conferencias sobre la teoría de la relatividad y la estructura del espacio en la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Cuenta la leyenda que a comienzos de los años treinta fotografió a una bella y joven dama que resultó ser la amante de un político local cayendo en desgracia, lo que le obligó a exiliarse a San Sebastián. Sea como fuere, en 1932 cesa como cónsul y se ve obligado a abandonar Zaragoza por un tiempo, siendo sustituido por Schmitz, enviado desde la Alemania nazi.

¿Qué hacía un nazi en una ciudad de provincias como Zaragoza, además de ostentar el título de cónsul? A esta cuestión responde la exposición La pequeña Alemania de Zaragoza. La aventura de los germanos que llegaron de Camerún (1916-1956), que rinde un trascendental homenaje a la colonia alemana que se afincó en Zaragoza tras la invasión de Camerún por parte de las tropas aliadas en la Gran Guerra. Trescientos germanos llegados del corazón de África que dieron un giro trascendental y cosmopolita a la Zaragoza antañona de comienzos de siglo, popularizando enclaves como la Sala Oasis o Los Espumosos, la actividad universitaria o deportes como el fútbol (el Camerún FC fue el precedente del que, años más tarde, sería el Real Zaragoza), además de modernizar la industria (El Tinte de los Alemanes fue la primera cadena de tiendas dedicada al lavado y secado de prendas en la ciudad) y abrir a la Europa lejana y distante a una burguesía encerrada y fundamentada en las costumbres de sus ancestros mediante su kindergarten y el posterior Colegio Alemán de Zaragoza, donde los niños tenían acceso sin restricciones a la cultura europea. La exposición es un repertorio de fotografías, objetos y otros artículos que son testimonio de la historia de una ciudad a través de la apacible vida de estos germanos y sus familias hasta el desmoronamiento de la colonia tras el particular horror que les tocó vivir durante los años de auge del nacionalsocialismo alemán. La exposición es fruto del trabajo de investigación realizado por Sergio del Molino y que se materializó en un libro, Soldados en el jardín de la paz, y en este blog, en el artículo Soldados en el friedhof. La inauguración tendrá lugar el jueves 10 de mayo a las 19 h. en el Centro de Historias de Zaragoza.

 

NOTA: pueden encontrar más información en el blog de Antón Castro y en el de Sergio del Molino pinchando en los enlaces correspondientes de la barra lateral de este blog.