El pasado martes viví una tarde emocionante, deslumbrante en amor por el conocimiento y en pasión por la literatura. Regresé a la Universidad de la Experiencia de Zaragoza junto con sus maravillosos alumnos para conversar en torno a mi nuevo libro, el poemario Hablar Despacio. La acogida no pudo ser más cálida.
Presentó el acto la periodista Ana Segura, quien desbrozó los pilares que sustentan el libro y planteó un diálogo vertebrado en una sucesión de preguntas brillantes y perspicaces. Tanto fue así que rápidamente el deseo por dialogar saltó a los numerosos alumnos casi desde el comienzo de nuestro diálogo. Enseguida la poesía dio paso a la filosofía encerrada en los versos del libro: el sentido y naturaleza de la palabra y el lenguaje, nuestro lugar -individual, colectivo- en el mundo, el valor de la amistad, la esencia del amor romántico o la dualidad entre lo rural y lo urbano, entre otros muchos aspectos. Los alumnos plantearon una conversación rutilante y llena de reflexión. Y yo fui feliz. Inmensamente feliz.
Gracias de todo corazón a Ana Segura por amadrinarme en una ocasión tan especial y a los miembros de la Universidad de la Experiencia de Zaragoza por invitarme un año más a encontrarme con vosotros (gracias, Mercedes y Francisco). Sois un lujo y un orgullo.







