El pasado viernes dio comienzo la Feria del Libro de Zaragoza y gracias a la generosidad de Librería Central inauguré la nómina de autores que durante estos días hemos dedicado ejemplares y que los dedicarán con ellos hasta el próximo domingo. Fue una tarde rebosante de alegría, de pasión por los libros, de libertad. Agradezco de nuevo de todo corazón a los amigos de Librería Central por contar de nuevo este año conmigo y con mi libro, y a los lectores que desafiasteis el calor feroz para haceros con uno de los últimos ejemplares de Tierra de nadie. Y, por supuesto, a los numerosos amigos y compañeros de letras que vinisteis a saludarme. Todos juntos demostramos que la Feria es algo más que palabras: unidos transformamos nuestras ilusiones de papel en diálogo y hermandad.






